Mmmmm! deliciosa cocina

Al ver un diseño como este, nos relamemos como un niño delante de un pastel porque nos imaginamos viviéndola y disfrutándola. Es difícil vivir un sueño más completo.

Una combinación elegante de madera y blanco brillo extremo, sin tirador, en la que predomina la luminosidad y el espacio diáfano sabiamente separado con el cambio de color y material.

También soy salón

Integrar el salón y la cocina no es un concepto nuevo, pero sí se va buscando cada vez más porque no vivimos en espacios tan grandes como antes y al unirlo damos amplitud a ambas estancias.

Utilizar la misma estética de la cocina en el salón y así ampliarlo y unificarlo visualmente nos permite unos juegos de líneas y muebles tan versátiles como seas capaz de imaginar para ambas estancias.

Valorar la eliminación de barreras y abrir espacios tiene muchas ventajas y pocos inconvenientes.

Orden, por favor...

Pocas cosas hay más bonitas y satisfactorias a la vista que el orden, y eso es incompatible, si no llenamos nuestra cocina de accesorios que nos hacen más cómodo el día a día y un almacenaje fácil y accesible.

Cuando pensamos en el presupuesto que queremos destinar a nuestra cocina, no debemos olvidar las mejoras que no son sólo estéticas, sino que buscan una utilidad y una comodidad que van más allá.

Cuando mantener el orden nos cuesta mucho esfuerzo, se hace muy difícil en la vorágine del día a día, que podamos mantenerlo, pero sí lo hacemos cuando no supone un extra.

¿Te gusta el orden tanto como a nosotros?

Impoluto y con estilo

Hay cocinas que nada más verlas nos sugiere algo impoluto, no solo por los colores que nos denotan limpieza, sino por las líneas que conforman el diseño final.

Y para que no sea tan uniforme, buscamos una pared llena de estantes coloridos y combinados que además de almacenaje nos proporciona una decoración cambiante si queremos.

¿Acertaríamos con este proyecto en tu casa?

Mi segunda piel

Poner textura de piel en la cocina, denota un gusto por el lujo, la pasión por el color dorado y los reflejos, se extienden en este caso a la cocina y al proyecto de decoración completo.

Aporta luz frente a la oscuridad del resto de los muebles y la decoración, contrastando entre colores fríos y calientes, dando el toque especial a la elección de nuestra cocina.

Los complementos en la cocina, de armario, a huecos abiertos, a baldas, es ya un trabajo del diseñador con su cliente que entiende sus necesidades y los incluye dentro de las posibilidades del proyecto.

Sibarita

Ser sibarita es una forma de ser que muestra afición al lujo y a los placeres refinados, además de rechazar las que no lo son, pero no es fácil adecuarse a esos gustos. La etimología de este término deriva de la ciudad de Síbari y, más concretamente, de la antigua colonia griega de la que toma el nombre, famosa por la vida lujosa y regalada de sus habitantes. 

El diseño de una cocina así, muestra las últimas tendencias y se adapta a los gustos modernos, además de ser una elección elegante y práctica. La barra volada añade esa funcionalidad de los desayunos rápidos o de la compañía durante el trabajo.

Ser sibarita no es fácil, hay que invertir tiempo y esfuerzo en formación para estar a la última, saber elegir lo más elegante entre las nuevas aportaciones al diseño.

¿Qué tal un frente de cristal?

A veces en una cocina buscamos durabilidad, dureza de materiales, bajo mantenimiento, y todo eso no tiene porqué ser incompatible con la elegancia o con el diseño.

La nueva tendencia es incorporar materiales que mantengan la misma belleza de las cosas nuevas, a pesar de haberlas usado muchos años. 

Espacios de vida

Los espacios abiertos son espacios llenos de vida y de vivencias, pensados para disfrutar en compañía, compartiendo con los que nos rodean. Creamos un espacio en nuestra cocina para los demás, no solo para cocinar nosotros, sino para vivirlo con los demás.

Esta combinación es fresca y funcional, llena de magia porque en poco espacio tenemos mucho almacenaje de menaje y además, al incluir el salón nos llena de vitalidad un espacio con muchos usos distintos.

Al no tener casi altos, más que los que delimitan el espacio de salón, nos aligera la vista y nos separa las dos estancias en una más diáfana y abierta.