La compra de una cocina no es una elección simple, ni sencilla. Es algo que no hacemos habitualmente (3 veces en la vida como media) y además sabemos que nos durará un buen montón de años con un uso diario de al menos 3 veces. Por esta razón no queremos equivocarnos, y debemos tener muy decididas nuestras prioridades personales.
Lo primero es saber cómo vamos a usar nuestra cocina, como lugar de reunión, de elaboración de menús para grandes reuniones, para una pequeña familia de 2, o incluso unipersonales. Todo esto debemos pensarlo antes de acudir a un estudio de cocina para que nos hagan un diseño.
Luego encontramos combinaciones que nos agradan más o menos, pero las hay con las que siempre acertamos como con el negro y madera.
Una compra reflexionada, nos aporta al final más satisfacción a la larga, es mejor pasar unas horas previas decidiendo que luego lamentándonos de tomar decisiones incorrectas.
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